Sensual y mágica la vida que me diste, como un sueño del cual no deseaba despertar, pues con cada despertar mi vida se volvía amarga…
No es el miedo a amar, es el miedo a sufrir por hacerlo, hicimos complicado un sentimiento, hicimos doloroso algo maravilloso…
Quiero cerrar los ojos y soñarte eternamente, aunque no seas real, serás mi “realidad”, un sueño eterno, donde sentirte será fácil, donde las lágrimas no sean de dolor, sino de emoción por tenerte a mi lado, con tus caricias y con el sentir de tus dulces labios sobre los míos…
Tan solo quiero amarte, amarte eternamente…
¿Un último abrazo? Para poder seguir soñándote…