domingo, 31 de enero de 2010

Todo cambia...




Volví a aquel lugar, aquel que recordaba de pequeñita, quería volverte a ver aunque fuera soñando despierta. Pero todo cambió, se tornó viejo, al igual que envejecen los sentimientos… ¿Qué quedaba ya de aquel viejo sillón? ¿Qué quedaba?…




No sé cómo sucedió, pero te vi, allí sentado, en aquel viejo sillón y en tu rostro se dibujó una sonrisa, soñaba despierta…
Volví atrás en el tiempo, vi como tus manos, arrugadas por el paso de los años, acariciaban mis pequeñas manos inocentes, aún con mucho por vivir y sentí tu amor hasta dejarme casi sin respiración, te pregunté… ¿por qué? y tus manos cogieron con fuerza las mías, haciéndome entender que debía callar, que no debía preguntar, si las cosas tienen respuestas, con el tiempo las encontrarás sin preguntar, eso me decías…
- Todo cambia, tus manos inocentes se llenarán de marcas y de arrugas, perderás la inocencia, todo cambia, tú cambiarás constantemente, cada persona que pase por tu vida formará parte de ella y te hará cambiar
Eso me dijiste y yo pregunté… ¿por qué? Tu rostro con tu acostumbrada ternura me volvió a sonreír…
- Eso sí que no cambiará jamás, tus preguntas, tus ¿por qué?”
Y entonces acercaste una mano hacia mi corazón llenándolo aún más de amor y me preguntaste…
- ¿Lograste quererte?”
y mi respuesta fue…
- No lo sé… ¿lo logré si conseguí amar hasta rozar la locura?
tu respuesta…
- Tal vez sí… pero ¿sigues amando igual?”
- Creo que no…
- Entonces querida nieta, dejaste de quererte. Solo podrás amar, si te amas y dejas que te amen…
Y el dolor se apoderó de mí, desapareciste sin más, desperté de mi sueño, con el dulce recuerdo de tu olor pero con el dolor de saber que perdí mi querer.
Volví a ver aquel vacío, viejo y destrozado sillón en el que tantas historias me contaste y las que con el paso del tiempo casi olvidé.

Tenías razón... todo cambia, todo cambió…

domingo, 24 de enero de 2010

Sueño...



No me despiertes de este sueño.. no, esta vez no lo hagas, déjame dormir larga y plácidamente, deja que cierre los ojos y sueñe con aquel mundo maravilloso que creaste para mí, aquel que tanto me hizo sentir.

No me despiertes de este sueño... no, esta vez no lo hagas... quiero dejarme llevar por tu magia, quiero adentrarme en ese bosque mágico que creaste para mí... desnudo mi cuerpo queda, ante ese frío intenso, pero un frío asombrosamente agradable, no me importa caminar descalza sobre esas flores que pintaste en mi paisaje mientras se quejan mis pies adoloridos, que más da, voy a crear mi camino, hacia ti...

¿Qué es ese sonido? deja que agudice mi oído... suena un piano, sí, sé que son tus dedos quien lo hace sonar, sé que eres tú quien lo acaricia con tus suaves y delicadas manos, sé como son tus caricias, sé como suenan tus notas, sé como haces vibrar las cuerdas del piano, eres tú...

Decido sentarme junto a un árbol, qué importa el frío si escucho tu melodía... qué importa el frío, si sé que estás, aunque no te vea... abrazo mis piernas desnudas, apoyo mi cabeza sobre mis rodillas y continúo escuchándote, cierro los ojos y siento como acaricias mi espalda... te eché de menos amor, no me despiertes, no... ya no lo hagas por favor... es nuestro sueño... no importa que ya no te vea, te siento, es nuestro sueño... no me despiertes... no...

viernes, 15 de enero de 2010

Al anochecer...

¿Por qué? por qué siempre cuando anochece te escondes entre tus pétalos, privándome así de lo que vi durante el día mientras el sol te ilumanaba, privándome de esa belleza que a mí me encandilaba, que saboreaba y amaba, por qué si sigo a tu lado, siendo la misma, por qué...


Me siento a tu lado esperando a que vuelva a salir el sol, no importa pasar la noche en vela, quiero volver a ver ese hermoso interior. El cansancio se apodera de mí y lucho por no cerrar mis ojos, quiero ser la primera en ver como se abren tus pétalos hasta dejarme volver a ver aquello que yo tanto amo. Cuando creo desfallecer en el intento de permanecer despierta, los primeros rayos de luz empiezan a iluminarte... Sí por fin!! tus pétalos empiezan a abrirse, y yo espero absorta, impaciente, emocionándome por lo mucho que te amo...


Y ahí vuelves a estar, ofreciéndome lo mejor de ti, volviéndome a hacer sentir y haciéndome recordar por qué te amo, pero por favor, no me prives más de esa belleza, no me prives más de tu amor, sufro con cada anochecer...