miércoles, 9 de mayo de 2012

AMOR...


Suena…


Después de tanto tiempo sin soñar, o sin recordar mis sueños, despierto de un sueño maravilloso, que deja un dulce sabor en la comisura de mis labios, mi cabeza se mueve al compás de una bella melodía de piano, la recuerdo,  es de Michael Nyman, tal vez había sido la banda sonora de mi noche.

Decido salir de mi casa para enseñarle al mundo mi estado de felicidad, es un día de sol, de un espléndido y radiante sol que acompaña mi enérgico caminar, mi sonrisa es el vivo reflejo de mi corazón y me pregunto, ¿quién es el culpable de mi felicidad?

El día tiene miles de colores, de vivos colores, miro a lo lejos, desde el puente, y mis ojos son abrazados por unas vistas repletas de árboles que tiñen de verde las montañas, y un prado lleno de amapolas que acompañan con pasión cada latido de mi corazón... el cielo azul está adornado con nubes blancas, tan esponjosas, tan algodonosas que me imagino saltando sobre ellas, rebotando una y otra vez, como una niña en una colchoneta elástica, río placenteramente sin importarme que la gente me mire.

Me pregunto… ¿quién es el culpable de mi felicidad?

Cierro los ojos y vuelvo a escuchar esa melodía, mi cabeza vuelve a balancearse a su compás, veo miles de imágenes, recuerdos son, de momentos en los que la felicidad era plena como el día de hoy, fue el sueño durante mi noche el que hace girar una y otra vez mi mente, sin marear cada sonrisa dibujada en mi rostro durante el día.

Dibujo una palabra en el suelo, con mis ojos cerrados, una A, una M, una O, y una R, amor... es el culpable de mi felicidad, pero el amor que siento por mí, porque aprendí a dedicarme todo aquel tiempo que jamás me dediqué y recuperé mi querer, yo soy la culpable de mi felicidad...

AMOR...


domingo, 22 de abril de 2012

No es secreto...

No es secreto que mi alma corría sin cesar, hacia un lugar donde esperaba mi corazón ser escuchado y por la belleza y la calma fue apresado… no es cierto que andaba sin rumbo, ni sin sonrisas que dibujar en mi cielo, no es cierto que mis lágrimas eran el preludio de tiempos donde la tristeza emanaba aromas de sueños inacabados, es cierto que mis lágrimas eran la expresión de tiempos difíciles, tiempos en los que huir era una manera fácil para volver a sonreír. 


No es secreto que decidí parar mis pasos y hacerle frente a mi realidad, mirarte a los ojos para que tú bajaras tu mirada y no fueras capaz ni de emitir una sola palabra, ni tan sólo, un simple gemido. 


No es secreto la fuerza de mi mirada, la transparencia de mi sentir, no es secreto que me hundí para hoy saber que estoy mejor sin ti. 


Ya no es secreto que hoy me sentaré a esperar, disfrutar sin más, de ese paraíso que mis ojos crearon, de ese lugar que el mar enfurece y calma, que endulza pese a sus aguas saladas, que es el reflejo de cada palabra soñada. 


Me sentaré a mirar el horizonte y explicaré la historia de una chica que al cielo miraba cuando azul estaba, de aquella chica que sus paisajes coloreaba, y sus flores las convertía en pequeñas imágenes abstractas, de aquella chica que tras su cámara amaba cada rincón visto a través de su visor, para continuar caminando y volverme a encontrar siempre con mi paraíso 


Explicaré la historia de una chica que amaba al igual que erraba, que sonreía al igual que lloraba, que abrazaba y acariciaba y que su corazón le dominaba, explicaré mi historia a través de “simples” palabras, no es secreto que llevan mi sello, y así mostrar aquella persona alegre que perdiste en cada caricia fingida, en cada beso sin amor, en cada mirada vacía, perdida en el deseo, el placer y la falta de sentimientos 


Y continuaré creando paisajes, donde los sueños se hacen realidad y gritaré al mundo que estoy llena de felicidad, que la fuerza no me faltó jamás, escribiré para sanar y sanaré para sonreír, sin más


Ya no es secreto que aquí mi alma está, explicando historias de hadas que algún día haré realidad…


viernes, 6 de abril de 2012

Luz...

Suena...



Se oye algo, a lo lejos… una canción que mi llanto no silencia, se oye algo, a lo lejos, una palabra que la mentira se adueña.

Sigo mis pasos apesadumbrados pero fuertes, sigo el camino con mi alma endurecida por las caídas y miraré atrás sólo para asegurarme de que allí continúas, y miraré atrás para no olvidar que un día, me fingiste amar.

Hay unas escaleras frente a mí, debo superar la oscuridad y llegar a la luz, me siento en un escalón y lloro por última vez presa de aquella oscuridad, grito mis lamentos por última vez, saco mi ira y mi furia, pego fuerte contra la pared de piedra y mis nudillos sangran, allí queda la marca eterna de mi sangre, dejé en el suelo tu regalo que manchaste de mentiras… descalzo mis pies, desnudo mi cuerpo, si quiero ir hacia la luz, debo empezar a dar mis pasos con la pureza de mi alma, sin pasado sobre mis ropas, ni sobre mi piel.

Me falta el oxígeno y la ansiedad bombea con fuerza mi corazón, grito de nuevo para así finalizar mi llanto y poso mis pies sobre la piedra del primer escalón, se clava con fuerza en ellos, mas aguanto el dolor, ya nada puede ser peor, pues mi corazón sangra junto con mi mano, me acerco a la luz, mi piel empieza a bañarse de un tono cálido, miro mis manos, la sangre se desvanece y la herida cicatriza, no debo mirar atrás, allí dejé mi dolor. Continúo subiendo, la luz ya ilumina mi rostro, cierro los ojos pues es cegadora, en el siguiente escalón ya todo mi cuerpo estará iluminado por el camino que escogí, mi último paso en la oscuridad ya lo di y atrás quedaste, como una sombra del pasado que jamás podrá entrar conmigo en la luz de mi camino, y ya por fin, mi cuerpo tembloroso por el frío intenso de la oscuridad, siente un calor indescriptible, se introduce por cada poro mi piel, y sin más me doy cuenta, girando mi cabeza, que no puedo ver más allá de aquel arco, ya no puedo ver lo que dejé de aquel otro lado, en el lado de la mentira, la desidia y el lamento, ahí quedaste, con todos lo buenos y malos recuerdos, bañado por tu propia oscuridad...

Volveré a cubrir mi piel con ropa nueva, volveré a calzar mis pies, ya sus heridas curaron, al igual que curarán las de mi corazón… es mi camino el que llené de luz, es el tuyo el que entre sombras quedó...


viernes, 27 de enero de 2012

Hogares de cartón... atrapada por una hipoteca...

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Suena...



Despierto una mañana, fría, nubosa, finas gotas de lluvia tintinean al chocar contra el suelo y crean una música que, curiosamente, va al compás del latido de mi corazón... miro a mi alrededor, la ventana permanece cerrada, hace frío, es otoño, imagino las calles adornadas por esa alfombra de hojas, caídas por el paso del tiempo... la persiana deja entrar por sus pequeños huecos algo de luz... será que durante mi noche no quise la absoluta oscuridad y por ello permití que entrara algo de luz...

Anoche no soñé, de hecho, llevo años sin soñar o sin recordar mis sueños, que al fin y al cabo, viene a ser lo mismo, querrá decir entonces, que en mis noches no resuelvo mis inquietudes ocasionadas durante el día, tal vez por eso hace tiempo que decidí soñar despierta, sólo que mis sueños diurnos, no son más que mi alma volando en un mundo que sólo yo he creado, nada resuelvo así.

Miro hacia el techo... hacia mis lados... 4 paredes, no engañan, guardan historias de noches pasadas, tal vez demasiadas... sola o acompañada, pero noches pasadas…

Escucho el maullido de mi gato... otro día empieza de nuevo... él siempre me aproxima a la realidad, tal vez porque nunca aparece en mis sueños.

Decido levantarme sin pensar en lo que haré durante el día, hace tiempo que mis pasos no avanzan, hace tiempo que camino en círculo, golpeando una y otra vez con las mismas historias, con las mismas preocupaciones... pertenezco a una generación perdida y yo, me perdí con ella...

Sonrío, creo que soy feliz, creo... ¿feliz pese a estar perdida? Tal vez he creado mi propio concepto de felicidad... miro mi reloj... ¿qué voy a hacer hoy? Decido embarcarme en un viaje a la ciudad condal... voy caminando a la estación de tren, durante mi caminar escucho niños reír, jugar, tal vez sea esa la única felicidad válida, la felicidad que realmente es pura, la felicidad que no está contaminada con el dolor de los adultos, con aquel dolor del que no sabemos prescindir y es que los adultos somos... ¿estúpidos?

Llevo sobre mis hombros el peso de una decisión desacertada, llevo sobre mis hombros el peso de mi hipoteca, el peso de formar parte de los más de cuatro millones de parados en España, me esclavicé a algo material, algo que jamás pensaba que sería lo que me impediría... VIVIR...

Es un lujo para mí ir a la ciudad condal, 3€ ida, 3€ vuelta, 6€ de gasto en un día es demasiado, pero en ocasiones hay que “escapar” de la rutina.

Mi cámara siempre me acompaña, esa gran compañera de viajes, testigo de penas y alegrías, 45 minutos en tren es el tiempo suficiente para soñar despierta, siempre que voy a Barcelona me encuentro con la cruda realidad... así que prefiero soñar antes de llegar...

Camino por calles muy transitadas, caminantes que piensan, ríen, lloran, parejas que se aman, parejas que discuten, un beso, un dolor percibido, mientras sobre mis pasos llevo mi carga y levanto mi mirada, entonces le veo allí, buscando entre la basura... me mira, esboza una sonrisa, su pelo está sucio, creo que lleva así semanas, sus ojos se clavan en los míos como auténticos cuchillos y hurga en mi interior, su mirada es... el reflejo de la mía y me duele que desnude mi interior de tal manera, pero no puedo retirar mi mirada de la suya y entonces comprendí, continuaba soñando despierta, aquella chica era parte de mi ser, era aquella persona en la que temía convertirme.

Ella empieza a correr y yo atrapada en mi sueño voy en su búsqueda, llego a un callejón sombrío ocupado por personas con frágiles casas hechas de cartón. Miradas y más miradas, parejas sin caricias, madres abrazadas a sus hijos, sus ojos me siguen mientras yo avanzo y miro atónita aquella forma de vida, la tristeza que ellos sienten se apodera de mí por milésimas de segundo, los niños no ríen, sólo permanecen callados bajo el cobijo de sus madres, sus ojos están... vacíos.

Me acompaña una sombra en la oscuridad, a mi lado, como parte de mí y esa sombra me coge de la mano, un escalofrío, un aliento helado en mi nuca, quiero despertar, no es un sueño, es una pesadilla, pero, ¿por qué la estoy creando?

La sombra aprieta con fuerza mi mano, tanto es así que siento como la sangre intenta abrirse paso entre mis venas presionadas mientras mi corazón bombea con fuerza. Siento miedo, temo preguntar qué hacen allí, dónde están sus hogares, y en silencio continuo caminando. De repente la chica a la que seguía se pone frente a mí, mi corazón parece pararse, ya apenas siento mi mano, sus pupilas son enormes, y mis ojos empiezan a vaciarse, lo puedo sentir, ella me vacía para llenarse de mí y yo me voy llenando de ella.

Aturdida con mis ojos ya casi vacíos y mi mano dormida, ya apenas la siento, el silencio se rompe, los niños gritan, son gritos de dolor, de pena, la lluvia empieza a caer y sus frágiles casas, se deshacen, no hay palabras, sólo gritos, pero siguen inmóviles, mientras sus cuerpos semidesnudos, sus pies descalzos y sus cabellos sucios, quedan a disposición de la lluvia, sus lágrimas son limpiadas por el agua dulce que sobre ellos cae, pero con el dolor de no tener un hogar donde resguardarse de esas gotas de lluvia que se clavan como alfileres en su piel, atravesándola y recorriendo su cuerpo, su pequeño y delicado cuerpo, por cada vena atravesada un lamento gritado.

Detengo mis pasos y cierro los ojos, quiero volver en mí, pero cuando los abro de nuevo me veo bajo una de esas casas de cartón, mi ropa está sucia, mi cabello es el vivo reflejo de alguien que carece de hogar, excesivamente despeinado y con una suciedad extrema. La lluvia llega a mí y mi casa comienza a deshacerse, mi refugio cae sobre mí, la lluvia se convierte en mi peor enemiga y entonces la vuelvo a ver al otro lado, riendo, disfrutando de mi dolor, de mi sufrimiento, la sombra aprieta mi pecho y la pena inunda mi corazón, es la lluvia mi lamento... ¿quien acudirá ahora a mi rescate si me veo atrapada por mi propio y quebradizo hogar?

Su risa diabólica martiriza mi mente y su aspecto cambia, se vuelve limpia y radiante mientras sigue riendo... se va... huye de este mundo creado por alguien, de esta calle ocupada por familias enteras sin hogar y yo lloro por haberme convertido en una de ellas.

Llega la noche, la temida oscura noche y con ella su frío intenso, cómo resguardarme si mi hogar quedó destruido como el de todas las personas que allí estábamos, cómo volver a mi hogar si parecía que aquel lugar ya lo era, si aquella chica que creí ser yo, se adueñó de mi vida.

No quiero ver mi realidad, mi horrible realidad, cierro los ojos para intentar soñar y una mano acaricia mi rostro, cuánto calor desprende, esa suavidad la conozco... 

-       ¿mamá? quiero despertar de esta pesadilla. ¿Por qué tanta gente sin hogar?
No me contesta, pues ella es parte de mi realidad, no de mi pesadilla, quiero gritar, salir corriendo, huir de esta extraña irrealidad, y empiezo a pensar, a comprender, la chica que huyó era mi deuda, la hipoteca que arrastro sobre mis hombros, aquella a la que ahora ya no le puedo hacer frente, aquellas personas eran víctimas de esta crisis, familias enteras que no pudieron pagar sus hipotecas por falta de trabajo y que a nadie más tenían, privadas de un derecho constitucional, derecho a un hogar digno, humanidad deshumanizada... despierto, sin más, pues debo volver y asumir que mi lucha cesó y que mi hogar está de nuevo, con mis padres, afortunada soy por tenerles.

Cada vez que cierro los ojos, veo a las personas que aún viven en aquella calle que yo pude abandonar gracias a mi familia, si no fuera por ellos, estaría aún llorando la pérdida de mi hogar, estaría aún vagando mi alma por calles buscando refugio, que injusto.

 Hogar destruido por el capitalismo...

jueves, 26 de enero de 2012

Te esperaré...

Te veo al pasar amor, como una espera larga en el tiempo, recuerdo aquellas miradas cruzadas imposible que sean olvidadas, aquellos largos paseos cogidos de la mano, aquellas risas pintadas en cada rincón...

Te veo al pasar amor, sin nombre, ni canción, triste, sin rumbo… te veo pasar amor, como una estela, como una suave brisa en la mañana. Mi rostro arrugado recuerda la suave piel de tus manos, no es el tiempo lo que pasó, es tu amor el que se marchitó, no hay tiempo en el amor.

Dime si no es verdad que el amor se ha de plantar, regar, cuidar, al amor se le ha de hablar con pequeños susurros que le hagan estremecer.

Dime si no es verdad, que los años me enseñaron a soñar, a seguir soñando contigo porque sé que un día volverás, y volveré a ponerte rostro… no es dulce la espera, es larga y amarga, pero sé que si sigo esperando volverás a acariciar mi envejecido  y arrugado rostro.

Aprendí a esperar, esperaré pintando sonrisas en nuestro cielo, esperaré, pintando sonrisas por las calles paseadas, te esperaré, no me importa envejecer...