sábado, 20 de agosto de 2011

El sueño de un camino (Camino de Santiago – Almuña)

Suena...



13-08-11 

Huí de ese amor que me tenía atrapada, de ese desamor tuyo que no aceptaba, quise vivir un sueño y en sueño convertí mi vivencia.

Tercer día de nuestra “escapada”, llegamos a un lugar donde la magia era oxígeno y en cada rincón se respiraba. Mi rodilla y mi tobillo se vieron dañados por los kilómetros recorridos sobre asfalto, se hacía pesado caminar y duro, muy duro, parecía la vida en sí… el camino transcurrió entre risas, así mi madre convirtió en felicidad momentánea cada paso mío dado con pena, porque dejaba atrás un pasado que sentí maravilloso, pero que su maravillosidad acabó con mi felicidad.




Almuña, pueblo donde se encontraba el albergue, decido ir a pasear por las calles de Luarca (a 2 km de Almuña), un pueblo con un encanto especial, donde los reflejos de sus edificios en la ría que lo atraviesa, son protagonistas. Saludo a un señor que estaba en su jardín cuidando sus flores, ¡que rosas más bonitas!, le pido si puedo hacerles fotos y accede, al despedirme de él me regala una rosa, no me gusta arrancar las flores, pero ya era demasiado tarde. Yo mi cámara, y la fragancia de esa rosa paseando por calles singulares, no hay niños y si los hay no los sé ver, hay… aquella señora que pasea con la ayuda de un bastón, aquel señor que sentado lee un periódico y aquel otro que con sus bromas quiere enmascarar la tristeza que abruma su corazón, mientras todos ríen, él llora por dentro, conozco esa mirada hundida… otro peregrino.



Vuelvo al albergue, cojeando, mi rodilla no mejora, pues no descanso, ya descansé demasiado, ahora quiero limpiar mi alma con el aroma de un lugar desconocido y una rosa de alguien que me sintió especial…

De nuevo, Almuña, allí estaba él, con sonrisa y mirada limpias… evito el encuentro de nuestros ojos, tal vez, porque no deseo que vea el por qué huyo, soy demasiado transparente…

Bajo la luz del final del día, mi libreta, mi bolígrafo y mi rosa, luz cálida que le da calidez a mi corazón y por ende, a mi escrito, y sueño mientras escribo...


Él me mira y se sienta a mi lado, se presenta, se llama Javi, me sonríe, dejo a un lado la libreta y el bolígrafo, pero sigo con la rosa en mis manos, no quiero dejar de oler su fragancia… Javi, le observo, sus ojos son ternura, sensibilidad, sus ojos son… amor y me pregunto ¿qué hace aquí? ¿de qué huye? Tal vez también del desamor… pero… quién es capaz de no amar esa voz, esa mirada, esa risa, ¿quién? Si parecía que yo ya le amaba… le pregunto en silencio... ¿me dejas que sueñe Javi? Y sueño pese a estar hablando con él, mi mente se va, y nos imagino caminando de la mano, juntos, esperando ese beso anhelado, con miles de caricias acompañado... Javi, yo y la rosa, custodiando nuestros sentimientos. De repente despierto, él se levanta a hacer la cena, la noche transcurre de una manera especial, mi madre acaba abrazando a la hospitalaria, ella era adoptada, la trajeron de la india y a mi madre le partió el corazón su historia…

Llega la hora de ir a dormir, saldría con él a hablar horas y horas, soñar nuestra historia escuchando su voz, pero me quedo en mi litera, con mi rosa, quiero perfumar mis sueños con su aroma y le sueño…

Al día siguiente despertamos a la misma hora, estábamos solos, se levanta y acaricio su cara, dándole los buenos días, él me sonríe, ¿sabes que anoche te soñé?, no, ni lo sabes, ni lo sabrás…

Nos despedimos y continuamos el camino, mi rodilla aún estaba resentida… llegamos a Luarca de nuevo y aparece él, ¡que grata sorpresa! se detiene y me dice… “Gemma, tengo algo para ti” y saca la rosa de su bolsillo… la llevé durante todo mi camino, le habría abrazado, incluso le habría besado, pero sólo era el sueño de una niña de 20 años… seguro que él vio en mis ojos la emoción… que extraños y agradables sentimientos provocaban ese chico en mí, somos energía y su energía era tan… bella…

Y seguimos nuestro camino, él no lo sabe, pero seguía con nosotras, su alma nos acompañaba, hasta mi madre encontraba su falta, pero yo no… aún respiraba el aroma de la rosa y esa rosa, era él.

¿Sabes? Voy a seguir soñando, al fin y al cabo, mi vida es un sueño eterno en blanco y negro…



Gracias Javi, por inspirarme parte de esta historia y por traerme la rosa de vuelta, me hiciste soñar desde el primer momento en que te vi, hay almas que no se olvidan...


Historia basada en hechos reales, pero como en las películas, sólo basada ;)… hay sentimientos expresados que son reales… tan sólo los adorné...

3 comentarios:

Llorenç dijo...

Bonita historia y bonitas fotos, por supuesto ;-)

Pero yo quiero más historias, más fotos... En definitiva, más de tu aventura!

Saludos,

DANI dijo...

Genial, un día prometo vivir una de esas historias....

Besazos enormes

Àurea dijo...

què bonic sister...