domingo, 12 de octubre de 2014

Silencio...

Silencio, le pedí a mi corazón que guardara silencio y calló durante un largo tiempo. Le pedí a mi corazón que silenciara el viento y me dejara escuchar tan sólo el ir y venir de las olas, y el viento calló, entonces escuché mi voz en susurros, en dulces susurros.

Silencio, le pedí al viento que rompiera el silencio para así despertar de un largo sueño, tocar con mis manos la frescura de las piedras, cada una de ellas testigo de historias pasadas, algunas inacabadas.

No hay huellas, así que aquí empezaré mi caminar, sin huellas que me conduzcan a un pasado y correré sin más, acompañada de una vida, aún por vivir.

Silencio, que nada ahuyente la paz sentida.
Silencio...


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