Suena…
Después de tanto tiempo sin soñar, o sin recordar mis
sueños, despierto de un sueño maravilloso, que deja un dulce sabor en la
comisura de mis labios, mi cabeza se mueve al compás de una bella melodía de
piano, la recuerdo, es de Michael Nyman,
tal vez había sido la banda sonora de mi noche.
Decido salir de mi casa para enseñarle al mundo mi estado de
felicidad, es un día de sol, de un espléndido y radiante sol que acompaña mi
enérgico caminar, mi sonrisa es el vivo reflejo de mi corazón y me pregunto,
¿quién es el culpable de mi felicidad?
El día tiene miles de colores, de vivos colores, miro a lo
lejos, desde el puente, y mis ojos son abrazados por unas vistas repletas de
árboles que tiñen de verde las montañas, y un prado lleno de amapolas que
acompañan con pasión cada latido de mi corazón... el cielo azul está adornado
con nubes blancas, tan esponjosas, tan algodonosas que me imagino saltando
sobre ellas, rebotando una y otra vez, como una niña en una colchoneta elástica,
río placenteramente sin importarme que la gente me mire.
Me pregunto… ¿quién es el culpable de mi felicidad?
Cierro los ojos y vuelvo a escuchar esa melodía, mi cabeza
vuelve a balancearse a su compás, veo miles de imágenes, recuerdos son, de
momentos en los que la felicidad era plena como el día de hoy, fue el sueño
durante mi noche el que hace girar una y otra vez mi mente, sin marear cada
sonrisa dibujada en mi rostro durante el día.
Dibujo una palabra en el suelo, con mis ojos cerrados, una
A, una M, una O, y una R, amor... es el culpable de mi felicidad, pero el amor
que siento por mí, porque aprendí a dedicarme todo aquel tiempo que jamás me
dediqué y recuperé mi querer, yo soy la culpable de mi felicidad...
AMOR...
1 comentario:
Precioso!!
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